1976 - Paseo marítimo de El Campello
El lugar elegido para iniciar los cimientos del Seis Perlas había sido un antiguo taller de redes de los pescadores del pueblo. El pueblo ya contaba con luz propia: la mejor sala de fiestas de Europa, el Gallo Rojo, se ubicaba a escasos 50 metros del restaurante. Y con ese imán de clientela nacional e internacional, unido a las maravillosas características del municipio, se forjó el desarrollo del restaurante. El lugar fue un acierto: primera linea de playa con unas magníficas vistas a escasos metros de una de las mejores salas de fiestas de Europa. Quedaba por delante mucho trabajo: sentar los raíces gastronómicas del restaurante y ganarse la confianza y fidelidad de la clientela.